El síndrome de burnout o síndrome de “estar quemado” consiste en un estado de agotamiento físico, mental y emocional causado por el cansancio psíquico o el estrés que surge de la relación con otras personas en un dificultoso clima laboral.
Herbert Freudenberger lo descubrió por primera vez en 1974. En 2019, la OMS lo incluyó entre los problemas asociados al empleo.
¿Cuáles son las características del burnout?
Esta es una situación que se genera de manera progresiva y termina en muchos casos en incapacidad para desarrollar el trabajo habitual. Es más común en profesionales que tienen que dedicarse a terceros como maestros, enfermeras, médicos y trabajadores sociales.
Se caracteriza por la falta de energía y abatimiento desde que empieza la jornada laboral, aparecen sentimientos de frustración y fracaso ya que no se consiguen los resultados propuestos pese al esfuerzo invertido en las tareas.
Otra característica es la incapacidad para concentrarse en el trabajo y para relajarse o desconectarse al final de la jornada laboral. Es usual que las personas que sufren del síndrome de burnout sientan con frecuencia dolores físicos, enfermedades psicosomáticas, fatiga visual, dolores de cabeza, dolores musculares, mareos, dificultades para conciliar el sueño, pérdida de peso, ulceras y afecciones de la piel.
Las consecuencias más comunes son el absentismo laboral, el consumo elevado de medicinas para el sueño, sustancias o drogas, así como conductas de riesgo o violentas. Suelen aparecer conflictos en el lugar de trabajo, se disminuye notablemente el rendimiento, la motivación, y baja notablemente la calidad del trabajo.
¿Qué causa el síndrome de burnout?
El síndrome es causado por sobrecarga emocional y climas tóxicos en los que prevalecen emociones como el sufrimiento, la angustia y la desesperanza. Es usual que lo sufran personas sometidas a horarios muy largos y ambiente laboral muy deteriorado.
Otros causantes del burnout son el excesivo trabajo sin los recursos adecuados como la falta de personal, el poco tiempo para llevarlas a cabo y trabajar bajo condiciones de presión y estrés. Es usual también en personas a las que se les exige energía y recursos personales que deberían estar usando para descansar.
Algunas cifras nos muestran que es una enfermedad más habitual de lo que uno podría imaginarse. Según el Burnout Index 2021, el 70% de las mujeres se sienten cansadas y sin energía física y emocional después de una jornada laboral, en comparación con el 56% de los hombres. Cabe anotar, que una de cada cinco personas en Colombia que trabaja en tecnología está buscando renunciar a su empleo en el corto plazo.
De acuerdo con un informe de Profamilia (2020/05), el 61% de los jóvenes entre 18 y 29 años, dicen que se han sentido nerviosos con mayor frecuencia. Según cifras de la ONU del año 2020, en los países de ingresos bajos y medianos, más del 75% de las personas con problemas de salud mental no reciben ningún tratamiento.
¿Cómo mitigar el burnout?
Para mitigar el burnout en el lugar de trabajo es importante que las personas tomen conciencia de la situación que están viviendo y reconozcan que no están en condiciones para desarrollar adecuadamente las funciones que les han sido asignadas.
En adición no debe excederse el ritmo de trabajo y respetar las pausas para descansos y comida. Las personas deben poner límites ante situaciones en las que haya exceso de tareas, poco tiempo para desarrollarlas y falta de herramientas necesarias para llevarlas a cabo. Construir un ambiente de equipo entre los compañeros de trabajo, donde se promueva la colaboración y un buen clima laboral, ayudará a prevenir el síndrome de burnout.
El autocuidado es de vital importancia, esto incluye ser consciente de las señales del cuerpo y las emociones que aparecen. Hay que separar el ámbito laboral del personal, desconectándose al final de la jornada laboral. Se debe buscar apoyo familiar y social, llevando a cabo encuentros y actividades en grupo.
Algunas prácticas sencillas y fácilmente implementables podrían ser:
- Auditoría energética: Se revisa en detalle las últimas semanas de trabajo, actividad por actividad y se trata de recordar que pasa en cada una de ellas y como se sintieron después. Pregúntense si esas actividades les dieron energía o se las quitaron. En verde seleccionen las que les dieron energía y en rojo las que les quitaron, no puede haber neutrales, o son rojas o son verdes. Escriban en un Excel el número de verdes y el número de rojas y calculen el porcentaje de cada una. Recuerden que deberíamos aspirar a tener el 80% en verde y el 20% en rojo.
- Terapía de ducha fría: Empiecen con el agua a una temperatura cálida, después de un minuto, comiencen a bajar la temperatura del agua de forma gradual, inhalen y exhalen e intenten no tensar los músculos, lleven la temperatura del agua al mínimo posible y sigan respirando despacio, intenten quedarse en el agua fría por un minuto. Cada semana pueden ir incrementando el tiempo, hasta llegar a los cinco minutos. Esta terapia mejora la circulación, incrementa la energía, ayuda a acelerar la perdida de peso, fortalece el sistema inmune y ayuda con la depresión.
Algunas empresas para prevenir el burnout están implementando clases de Yoga, meditación, contemplación, Tai-Chi, mindfulness, sesiones con psicólogos, clases de zumba y body combat; entre otras.
El burnout es una enfermedad seria que está presente en los lugares de trabajo. Prevenirla es una obligación tanto del empleador como del colaborador.