El más reciente informe de Great Place to Work®, “La mujer en el trabajo en 2025”, reafirma asuntos en los que hay que seguir insistiendo para que las mujeres puedan encontrar en nuestra sociedad condiciones más favorables para su contribución y proyección en el ámbito laboral.
Setenta días en este año han sido suficientes para tal andanada de noticias que a muchos nos ha sido inevitable recordar una frase que se atribuye a Lenin: “Hay décadas en las que no pasa nada y hay semanas en las que pasan décadas”.
Estos remezones, avivados por el propósito de algunos de partir la historia en dos (para crear un antes y un después), generan la sensación de que muchas cosas que creíamos importantes han dejado de serlo. A partir de ahora, “la agenda” parece tener prioridades distintas. Sin embargo, cuando el alboroto pasa, nos damos cuenta de que no son pocas las cosas que siguen ahí, interpelándonos y mostrándonos que aún se espera de nosotros acciones concretas porque no podemos considerar admisible lo que no lo es.
Al referirnos a la opinión de las mujeres en el ámbito laboral, debemos comenzar por quienes no tienen la posibilidad de decir nada porque no pueden participar siquiera del mercado laboral. Lo inquietante no es que haya una brecha de cerca de 23 puntos porcentuales en la participación femenina en el mercado laboral, sino que esta es incluso algo mayor que la que había hace ¡ocho años!
¿Somos conscientes del costo personal y social que representa esto? No podemos “normalizar” esta realidad. Por supuesto es un asunto de una complejidad enorme que demanda el concurso del Estado y las organizaciones, pero no vemos esfuerzos coordinados para reducir este indicador que, querámoslo o no, también es de exclusión.
No deja de sorprendernos esto. La pandemia trajo consigo un cambio extraordinario y muy positivo en las organizaciones cuando el teletrabajo no solo ganó la legitimidad que no tenía, sino también que hizo evidente que este tenía varios aspectos positivos y que a través de alguna presencialidad, podría disipar inquietudes que son más que comprensibles.
¿El teletrabajo debería haber tenido un impacto muy positivo en la participación de la mujer en el mercado laboral? ¿Por qué no ha sido así? ¿Por qué no oímos en organizaciones que están apelando a este para facilitar la llegada de mujeres al mercado laboral? Todos ganaríamos si así fuese.
No se puede hablar de esto dejando de lado la maternidad como factor influyente. Son muchas las mujeres que creen que esta y el trabajo no son compatibles. Que la crianza y el trabajo tampoco, lo cual reafirma que la sociedad le sigue asignando a la mujer una responsabilidad significativamente mayor a la del hombre en los hogares biparentales. A este respecto, sí vemos organizaciones que tratan de crear condiciones más favorables para que estos dilemas ni se planteen, pero son más casos aislados que prácticas generalizadas. Debemos entonces seguir insistiendo a este respecto.
Maternidad, crianza y cuidado van excluyendo silenciosamente a la mujer del mercado laboral, al punto que pierde cinco puntos porcentuales en su participación en las organizaciones en la medida que va pasando de ser una persona menor de 25 años a una que tiene más de 45 años. En efecto, entre los primeros representa el 50% de quienes colaboran en una organización y entre los segundos es el 45%. Es tan sutil este fenómeno que no escandaliza a nadie, pero es inadmisible que sigamos considerando esto como algo normal.
Cuando se reflexiona sobre la mujer en el ámbito laboral, no podemos dejar por fuera su educación, porque hay diferencias protuberantes con respecto a la que acreditan los hombres. De los colaboradores con educación básica (5 años de escolaridad), las mujeres son el 28% y los hombres el 72%. Entre quienes tienen educación secundaria, las mujeres son el 37% y los hombres el 63%. Esto evidencia que la mujer ha tratado de hacer de la educación un factor clave de su proyección personal y seguramente muchas de ellas lo que buscaban era un futuro muy distinto al de sus madres. Seguramente lo ha sido pero el cambio podría haber sido mucho mayor. Tenemos entonces la obligación moral de buscar que esta generación de mujeres encuentre un contexto más favorable para tener una vida más plena.
No está de más recordar la insostenibilidad de nuestra dinámica demográfica. Los nacimientos en Colombia en 2024 parece que serán los menores en cerca de 70 años, de pronto más. Son múltiples las razones que se aducen para explicar este fenómeno y la disyuntiva percibida entre el trabajo, la maternidad y la crianza es una de las más importantes. Si no nos pellizcamos tendremos consecuencias sociales graves que en este estadio de desarrollo podrían ser devastadoras.
Cuando se mira la participación de la mujer en los niveles de responsabilidad en la organización, se concluye que su proyección a los más altos es más difícil que la de los hombres. Por ejemplo, en personal no jerarquizado las mujeres representan el 47% de la fuerza laboral y en la Alta Dirección, el 42%. Esta dificultad se podría cuantificar: Es 56% más demandante. Esta no es una cifra menor y pone a pensar nuevamente en la expresión “techo de cristal”, que podría alentar a mujeres a pensar en una desvinculación más temprana.
Ya en lo que hace a sus apreciaciones, ¿qué es lo que más influye en una mujer cuando opina sobre el Ambiente Laboral? Como en los hombres, la actividad económica de su organización. Sin embargo, esto solo pesa un 11%, lo cual reafirma que una valoración del Ambiente Laboral demanda muchísimo más que el análisis que podría hacerse a partir de esta demografía.
Seguimos viendo la opinión que en promedio las mujeres tienen sobre la compensación -Satisfactoria- es inferior a la de los hombres -Muy satisfactoria- y se localiza principalmente en personal no jerarquizado y líderes de la Alta Dirección. En este último segmento parece confirmarse lo que escuchamos con frecuencia: los hombres son más fuertes en la negociación y esto les favorece.
Enseguida se hará referencia a las opiniones de las mujeres y de los hombres sobre el Ambiente Laboral. Por supuesto esto no implica unanimidad sino una forma práctica de sintetizar la que se concluye como representativa de cada uno de estos grupos considerado como un todo.
Los Aspectos Transaccionales
Estos hacen referencia a los que dan lugar a la vinculación a una organización: la compensación, los beneficios y el desarrollo. Cuando se consideran estos aspectos de forma conjunta, se ve que las mujeres en el Sector Comercio de Químicos y Derivados (principalmente Laboratorios Farmacéuticos) manifiestan una opinión sensiblemente mejor que el año pasado -Muy satisfactoria-.
También se ven mejoras en su opinión en el sector de Tecnologías de la información y las comunicaciones, lo que es importante por la progresiva mayor presencia en esta actividad que se asociaba a los hombres. Otros sectores en los que se ven mejoras significativas con respecto a 2023 es el de Almacenamiento y Transportes y el de la Construcción.
Fueron importantes las mejoras en la percepción de estos aspectos en Barrancabermeja, Santa Marta y Cali, en ese orden, como también en sociedades de economía mixta y aquellas en las que tiene participación el Estado y que se rigen por el derecho privado.
Frente al Compromiso
Este hace referencia a aspectos que fortalecen el vínculo en un plano distinto al formal: la conexión con la organización, su misión, el trabajo, el líder y el equipo.
¿Cuáles son las actividades económicas en las que se advierten mejoras significativas con respecto al ejercicio anterior? En el sector financiero sin considerar en este los Bancos, en los sectores de Servicios de Tecnologías de la Información, Instituciones educativas, Servicios de Salud y Servicios Corporativos como los que ofrecen las Cajas de Compensación así como también los de las organizaciones de Servicios Profesionales de Apoyo Empresarial.
Inquieta ver cómo se instaló en Servicios Gubernamentales una opinión sobre el Compromiso que Demanda Atención y que no muestra cambios con respecto al ejercicio anterior. Esto es socialmente muy importante porque hace referencia al que en la práctica es el mayor empleador del país: el Estado.
Ha sido también positivo ver, cambios positivos en Montería, Cartagena y Pasto en relación con el Compromiso que manifiestan sus colaboradoras.
Frente al Ambiente Laboral
Además de los aspectos ya mencionados, el Ambiente Laboral integra todo aquello que es importante para responder a las necesidades y expectativas de los colaboradores.
Las mejoras ya mencionadas en el sector financiero sin considerar en este los Bancos y en Tecnologías de la información y las comunicaciones, han repercutido positivamente en la forma como se aprecia el Ambiente Laboral como un todo.
También hubo avances importantes en organizaciones de Cartagena, en las públicas de derecho privado y en las de propiedad privada.
Inquieta que el sector público reitere una opinión sobre el Ambiente Laboral que Demanda Atención lo cual no está de ninguna justificado y menos si se tiene en cuenta que en 2024 una empresa de este sector fue reconocida como la mejor para trabajar en el país en organizaciones que tienen más de 300 y menos de 1.500 colaboradores.
Frente al Liderazgo
Cómo en el Ambiente Laboral, la opinión que ellas tienen sobre sus líderes es coincidente con la que manifiestan los hombres. Este aspecto es tan importante que en ellas parece ser la que determina el 85% de su opinión sobre el Ambiente Laboral.
En 2024 con respecto a 2023 se ve que ha mejorado la opinión de las mujeres sobre el Liderazgo en empresas de Tecnologías de la información y las comunicaciones, en las Industrias de Productos Alimenticios y de Químicos y Derivados, Servicios Administrativos y también Corporativos.
También hubo avances importantes con respecto a la percepción de sus líderes en organizaciones de propiedad privada y en las públicas de derecho privado.
Finalmente, hay logros aquí y allá que por supuesto son bienvenidos. En los aspectos de más trascendencia social no los vemos y de ahí nuestra insistencia para que promovamos espacios de reflexión y análisis que favorezcan la inclusión de la mujer en el trabajo, su permanencia y proyección. Esto nos concierne a todos.