La comunicación es uno de los factores clave del éxito organizacional y es uno de los infaltables a la hora de construir confianza, el pilar de todo gran lugar para trabajar.
Entender las dinámicas comunicacionales es fundamental para escuchar y comprender a los colaboradores y así construir planes de acción enfocados en su bienestar. Por ello, hablaremos de las diferencias sutiles pero profundas entre el diálogo, el debate y la discusión.
¿Es diálogo, discusión, o es debate? Hay una diferencia, y cada uno tiene su valor. Para guiarlo a través de esta pregunta, distingamos el diálogo de las otras formas comunes de comunicación: debate y discusión.
El debate es combativo y busca salir victorioso; quiere expresarse y decir que es mejor que tú.
La discusión puede describirse como un debate que intenta ser amable. Al igual que el debate, está interesado en defender sus puntos de vista y desafiar los de los demás.
El diálogo, por otro lado, busca encontrar una conexión compartida. No se preocupa por ganar o perder; más bien, aspira a escuchar más profundamente, comprender más completamente y construir una perspectiva colectiva.
Cuando la diversidad de personalidades y opiniones crea momentos de conflicto y tensión, el diálogo interviene y media la conversación, dirigiéndose de nuevo al sentido de conexión.
Diálogo y cultura organizacional
Un gran lugar para trabajar fomenta el diálogo y las perspectivas diversas. Después de todo, estos son elementos que impulsan el crecimiento y la innovación. En otras palabras, el diálogo y la diversidad, la equidad y la inclusión en el lugar de trabajo están interconectados. Pero con demasiada frecuencia, el diálogo es endeble en las organizaciones, muy probablemente porque se entiende poco.
4 principios de un diálogo efectivo
Exploremos algunos de los principios que hacen que el diálogo sea tan valioso en el lugar de trabajo. Cuando un colaborador o líder entabla un diálogo, hay cuatro claves para que funcione:
- Dejar a un lado el juicio
- Escuchar
- Preguntar
- Explorar suposiciones
Cuando suspendemos nuestro juicio, silenciamos temporalmente nuestros pensamientos, abrimos nuestra capacidad para participar como oyentes. Una mayor indagación en los puntos de vista de los demás nos ayuda a comprender mejor a nuestros compañeros y adoptar nuevas formas de pensar.
Cuando exploramos nuestras suposiciones, encontramos ideas incuestionables, sesgos no controlados y patrones de pensamiento que influyen y posiblemente inhiben nuestro compromiso en el lugar de trabajo.
Sin embargo, el diálogo es también una tarea muy desafiante. Tomar conciencia de las suposiciones personales es un trabajo duro. Nos reta a medir la coherencia entre nuestras palabras y nuestras acciones y darnos cuenta de que su alineación puede no ser tan lineal como creemos.
Inevitablemente, la práctica del diálogo nos pide que consideremos que nuestras opiniones no siempre son correctas y que otros pueden tener métodos más efectivos para abordar situaciones. Hacer esto no es natural ni catártico, pero el crecimiento es muy gratificante.
¿Cómo saber si estás creando una cultura de diálogo?
La clave para abordar el tema y tomar conciencia de ello es la escucha y estamos convencidos de que no se puede mejorar lo que no se mide. Desde Great Place to Work® Colombia llevamos más de 20 años acompañando a las organizaciones en el proceso de escuchar y entender a sus colaboradores para poder actuar de manera efectiva.
Si quieres conocer más, hablemos aquí. Te mostraremos cómo la Certificación Great Place to Work®, que incorpora encuestas a tus colaboradores y análisis en profundidad, puede ayudarte a evaluar y mejorar el diálogo dentro de tu organización.