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Liderazgo: construyendo confianza y grandes lugares para trabajar

 Liderazgo: construyendo confianza y grandes lugares para trabajar

Cada vez es más evidente el gran protagonismo que tiene el liderazgo en las organizaciones y sus resultados. Su impacto transversal es tan pronunciado que podríamos decir que tanto el Ambiente Laboral como la cultura organizacional son reflejo de la calidad y el estilo del liderazgo. 

Está claro que los líderes son los principales catalizadores de la cultura y los valores organizacionales, y en gran medida son responsables de la experiencia que tengan los colaboradores en el lugar de trabajo. 

Tanto así, que según nuestros estudios, la percepción del Ambiente Laboral en las organizaciones depende en gran proporción de la opinión que tengan los colaboradores de sus líderes. Esto demuestra que el liderazgo debe ser uno de los cimientos desde los que se construyen las políticas y prácticas que busquen llevar a la organización a la excelencia en cuanto a la gestión de su gente y la consecución de resultados. 

Sin duda, una óptima gestión del liderazgo se traduce en una gran ventaja competitiva frente a un mercado cada vez más demandante. Teniendo en cuenta esto, nos resulta evidente la importancia de los líderes en la construcción de grandes lugares para trabajar.

¿Qué es un gran lugar para trabajar? 

Es aquel en el que se logran los objetivos organizacionales, con personas que dan lo mejor de sí mismas y trabajan como equipo, todo en un ambiente de confianza.  

Convertirse en un gran lugar para trabajar es el reflejo del compromiso por trabajar en pro al bienestar de las personas y la generación de espacios que brinden una experiencia única y especial a todos sus colaboradores, en un ambiente en el que puedan ser ellos mismos y se sientan valorados por lo que son. 

El valor de la confianza 

Para lograr lo anterior, es necesario poner el foco en un concepto que se encuentra en la definición antes mencionada: la confianza. Esta es el pilar fundamental de todo gran lugar para trabajar y como tal, juega un papel muy relevante en el éxito tanto de las relaciones como de los resultados organizacionales. 

La confianza en el lugar de trabajo permite un mayor grado de transparencia y honestidad y a la vez abre la puerta a la comunicación bidireccional. En un ambiente de confianza se hace más fácil escuchar a los colaboradores para realmente entender sus necesidades y crear estrategias enfocadas en suplirlas.  

De igual manera, la confianza y la toma de riesgos van de la mano, se necesita este aspecto para tomar mayores riesgos, ser innovador y compartir nuevas ideas. Esto es de suma importancia para mantenerse a la vanguardia en un mercado cada vez más ágil y competitivo. 

¿Cuál es el papel del liderazgo? 

Tomar conciencia del valor de construir relaciones basadas en confianza es un primer gran paso en el camino hacia la excelencia. De ahí en más, es una tarea que se basa en acciones diarias enfocadas en hacer de cada proceso una experiencia única y gratificante. 

Con esto en mente y con un enfoque claro en el bienestar y el desarrollo de los colaboradores, el logro de resultados extraordinarios es cuestión de tiempo. 

¿Cómo lograrlo? Pensemos en ser un gran lugar para trabajar como el destino, en la confianza como el medio y en el liderazgo como quien traza el camino. Esta metáfora nos ayuda a comprender realmente la importancia protagónica del liderazgo, ya que no se puede seguir un camino sin que antes sea trazado. 

En este contexto en el que las organizaciones deseen aventurarse en este camino, los líderes deben hacer un trabajo de autoconocimiento para poder hacer las cosas correctas por las causas correctas, moldear la cultura organizacional, aprender y evolucionar constantemente y cuidar genuina y profundamente a las personas a quienes impacta su gestión. 

Todas las acciones de los líderes en el día a día de una organización tienen un alto impacto en las percepciones y las experiencias de los colaboradores. Acciones particulares pueden aumentar o reducir significativamente los niveles de confianza, orgullo, motivación, compromiso y bienestar. 

Por ello, los estilos de liderazgo presentes en las organizaciones pueden ser la clave para el éxito o el fracaso. A continuación, dos estilos de liderazgo que aportan de manera importante a la construcción de confianza y de grandes lugares para trabajar: 

- Liderazgo positivo: Busca sacar lo mejor de todas las personas e inspirarlas a alcanzar sus objetivos tanto profesionales como personales. Está muy conectado al propósito, con la construcción de relaciones positivas, con la cultura y el Ambiente Laboral. 

El líder tiene claro que a través de pequeñas acciones se pueden construir grandes cosas. Escuchar, abrir espacios de comunicación bidireccional, saludar e interesarse genuinamente por los colaboradores y sus vidas personales, hacen parte de esta visión y fortalecen lazos que promuevan las relaciones de confianza.

La empatía toma gran relevancia. Además, el líder es capaz de ponerse en un rol secundario y dejar que el equipo brille. A partir de esto, los mismos líderes han identificado que los beneficios se traducen en mejores resultados, mayor productividad y lo pueden evidenciar tanto desde los números como desde el Ambiente Laboral. 

- Liderazgo consciente: El líder consciente cuida a todos los miembros del equipo, no solamente como recursos profesionales sino como personas, teniendo en cuenta sus necesidades, expectativas, realidades, dolores y sueños. Siempre a partir de la escucha, busca darle voz a los colaboradores y no solo darla sino amplificarla y darle valor. 

Un aspecto a resaltar es que este líder ayuda y apoya a las personas a dar sentido a lo que hacen y a encontrar su propósito en la organización. Esto va de la mano con su deseo de ver crecer a las personas en el ámbito laboral y personal. 

El líder está para servir, para mejorar y para aprender, por lo que debe buscar retroalimentación constante para él mismo crecer y evolucionar como profesional y como persona. 

En definitiva, el ejercicio del liderazgo se lleva a buen término a partir de acciones cotidianas. “No es lo que se hace sino cómo se hace”. Con esto claro y resuelto, en las organizaciones nacerán dinámicas que impulsen las relaciones basadas en la confianza que a su vez, generarán espacios de bienestar que impulsen el propósito de vida de cada persona y aporten a la construcción de un mejor país para todos. Realmente, ¿quién no quiere pertenecer a un gran lugar para trabajar?



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